Ya se acerca el invierno, por lo que es conveniente informarse sobre la poda de frutales.

¿Por qué se podan los árboles frutales? A pesar de que los árboles tienen su desarrollo natural, cuando queremos conseguir resultados concretos es importante intervenir. Lo que normalmente se pretende con la poda es potenciar el aprovechamiento de la savia, sanear y cuidar la salud del árbol, aprovechar la luz del sol y facilitar la cosecha, todo para reducir las ramas improductivas y aumentar la formación de fruta cuanto sea posible.

Los diferentes tipos de poda de frutales se suelen diferenciar según el motivo de la misma, por lo que encontramos: la poda de formación (busca crear una estructura fuerte y equilibrada, y se realiza una vez al año sobre las plantas jóvenes, hasta que alcanzan la forma deseada), la poda de fructificación (anual, con la que se intenta mantener el equilibrio madera/fruta), poda de limpieza (cada año se retiran las ramas dañadas, secas o enfermas) y poda de regeneración (el árbol envejece y se cortan grandes ramas de madera vieja, para que vuelva a producir).

Cada frutal tiene su momento idóneo de poda, pero por regla general se deben podar las ramas vivas a finales de la fase de reposo y antes de la de germinación, lo que para nosotros sería en invierno, para que de esta manera la planta inicie la fase de crecimiento primaveral y la herida cierre muy rápidamente.

Siempre se deben evitar desgarros, astillado y roturas, para prevenir las enfermedades. Se procura realizar un corte oblicuo en las ramas centrales y los chupones, mientras que se respetan las laterales y horizontales. Se buscan las yemas de flor (redondeadas, más gruesas y algo separadas del tallo) que se quieren reforzar y se poda el resto de la rama unos pocos centímetros por encima de ella.

Para más información: https://www.ecoagricultor.com/podar-arboles-frutales-huerta/